El ojo seco, también conocido como síndrome de ojo seco, xeroftalmia o queratoconjuntivitis seca, es una afección ocular común que afecta a millones de personas en todo el mundo (entre un 10-20% de la población). Esto ocurre cuando la cantidad de lágrimas que se producen o la calidad de las mismas no logran mantener la superficie del ojo adecuadamente lubricada provocando molestias como sensación de cuerpo extraño, irritación, picor, visión borrosa y otros problemas relacionados con la visión.
Las lágrimas son esenciales para la salud ocular, ya que protegen los ojos de infecciones, eliminan partículas extrañas y permiten una visión clara. Aunque puede parecer una molestia menor, tiene un alto impacto en la calidad de vida y si no se trata adecuadamente, el ojo seco puede llevar a complicaciones graves tales como infecciones, inflamación crónica o daños en la superficie ocular (en especial en la córnea).
¿Cuáles son las causas que lo produce?
Existen diversas causas desde factores ambientales hasta condiciones médicas subyacentes por las que se puede desarrollar el ojo seco. Algunas de ellas son:
- Edad. Con el paso de los años, la producción de lágrimas tiende a disminuir y los párpados se vuelven menos efectivos a la hora de extender la sustancia acuosa a través de toda la superficie del ojo. De ahí que las personas de edad avanzadas sean más propensas al ojo seco y a una visión borrosa.
- Uso prolongado de pantallas. Pasar mucho tiempo delante del ordenador, televisión, tablets o móviles, reduce significativamente el patrón y la velocidad de parpadeo (de media unas 10-15 veces por minuto), lo que provoca que las lágrimas se evaporen más rápidamente y la lubricación sea ineficiente.
- Lentes de contacto. El uso prolongado o incorrecto de lentes de contacto, así como del líquido que se emplea para su conservación e higiene, puede irritar y resecar la superficie ocular.
- Condiciones ambientales. Diversos factores ambientales como el clima seco o ventoso, menor humedad, la contaminación ambiental, la baja iluminación, la calefacción, el aire acondicionado, el humo, los lugares cerrados o los viajes en avión… pueden acelerar la evaporación de las lágrimas y agravar los síntomas del ojo seco.
- Dieta baja en ácidos grasos omega-3 (ω-3). Diferentes estudios sugieren que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir los síntomas del ojo seco. Esta molécula está presente en el pescado (especialmente salmón y sardinas) y en las nueces.
- Tabaco. El humo producido por el cigarrillo contiene sustancias químicas que irritan en gran medida los ojos. Por lo que no sólo aquellas personas que fuman pueden ser propensos al ojo seco, sino también las personas que se ven expuestas al humo de forma involuntaria.
- Enfermedades. Distintas patologías sistémicas como el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide, la diabetes o el hipotiroidismo, entre otras, pueden afectar a la producción y calidad de las lágrimas, así como patologías oculares (blefaritis, conjuntivitis, úlceras corneales, etc.).
- Otras causas: post-cirugía oftalmológicas, cambios hormonales (menopausia), medicamentos (algunos antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos o anticonceptivos) o colirios con conservantes.
¿Cómo podemos identificar el ojo seco?
Algunos de los síntomas característicos del ojo seco son:
- Sensación de arenilla o de cuerpo extraño en el ojo.
- Ardor, picor o escozor.
- Irritación o enrojecimiento del ojo.
- Visión borrosa.
- Lagrimeo.
- Pesadez en los párpados.
- Sensibilidad a la luz.
Estos síntomas suelen empeorar a lo largo del día y se intensifican con el uso de dispositivos electrónicos o con la exposición a factores ambientales adversos (ambientes secos, viento, aire acondicionado o calefacción). Si experimentas alguno de estos síntomas de forma persistente, consulta con un oftalmólogo para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
¿Cómo se trata el ojo seco?
El tratamiento del ojo seco depende de la causa subyacente, pero, en general, existen varias opciones para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida:
- Lágrimas artificiales. Ayudan a lubricar e hidratar los ojos, aliviando la sequedad y reduciendo la irritación. Hoy en día, el activo por excelencia en las lágrimas artificiales es el ácido hialurónico, de gran tolerancia y asimilación y con una elevada capacidad de lubricación y protección de la superficie del ojo.
Es importante elegir lágrimas artificiales que no contengan conservantes o fosfatos (especialmente si se usan con frecuencia, con lentes de contacto o en situaciones en las que haya una patología de la superficie ocular asociada) ya que la inflamación de la superficie ocular se podría ver agravada.
Recuerda que la solución salina o suero fisiológico solo tiene un efecto humectante instantáneo, pero sin permanencia. Por ello, su principal uso es para lavar la superficie ocular, en lugar de para aliviar la sequedad ocular.
- Pomadas o geles oftálmicos. En casos de sequedad ocular más avanzada, se recomienda el uso de pomadas o geles oftálmicos de uso nocturno que proporcionan una mayor lubricación mientras se duerme ya que quedan retenidos en la superficie ocular más tiempo.
- Higiene palpebral. En ocasiones, el ojo seco está acompañado de blefaritis (inflamación de los párpados) debida a la acumulación de grasa y bacterias en ellos. Para ello, se puede realizar un ligero masaje en el borde palpebral con ayuda de espumas, geles o toallitas oftálmicas específicas.
- Otras medidas o recomendaciones: evitar ambientes secos, parpadeo frecuente, descansar de manera regular la vista de las pantallas, evitar frotarse los ojos, utilizar gafas de sol, moderar el uso de lentes de contacto, seguir una alimentación saludable que incluya ácidos grasos omega-3 y omega-6, etc.
El ojo seco es una afección común pero tratable. Con una combinación de medidas preventivas, cambios en los hábitos de vida y, en algunos casos, tratamiento médico, es posible aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Si experimentas síntomas persistentes de ojo seco, no dudes en consultar con un profesional de la salud ocular para obtener un diagnóstico adecuado y una solución personalizada. Cuidar tus ojos hoy te permitirá disfrutar de una visión saludable en el futuro.